La supervivencia es la capacidad del ser humano para proveerse de los recursos psicológicos, emocionales, físicos y sociales, necesarios, lo cual le permite conservar su vida. Ante la ausencia de calidad o la falta de cualquiera de estos recursos el ser humano sentirá que “debe sobrevivir” y esto suele estar asociado a la vivencia de una inquietud o ansiedad más o menos intensa.
La supervivencia es uno de los instintos primarios más importantes. Gracias a él vivimos largos años… A lo largo de nuestra experiencia vital, cuánto más conscientes, y conectados con nosotros mismos estamos, más aprendemos y mejoramos nuestros recursos. Y ahí está la sabiduría de un serafin. Un serafin no se rinde, sino que aprende, siente, elabora, cuestiona, lucha, y ama. Un serafin sabe integrar las experiencias desagradables (fin), y mostrar su SER más auténtico.
Un serafin vive aquí y ahora.
Un serafin tiene un sentido, su sentido. Y de ahí que llega a vivir muchos años. Es cada vez más la gente que observo cumplir años con dignidad, bienestar, sabiduría, inquietud por crear y deseo de aprender y transmitir. Cuando hay un sentido hay un proyecto y hay una vida. Pero el sentido de cada uno está dentro de cada uno…
Mª Elena Cárdenas.
No hay cosa peor, que perder el gusto de vivir, debemos motivarnos, aunque a veces sea dificil, y asi le daremos sentido a nuestras vidas. Un abrazo Martha.
ResponderEliminarHola Martha!! Que alegría escucharte!!
ResponderEliminarEs cierto que encontrar la motivación a veces es difícil, y más cuando la persona que ha motivado tus pasos mucho tiempo, con tus cuidados, ya no está. Es como empezar a hacer tu vida de nuevo ¿no? Pero con todo lo que has aprendido con ella, y la gran capacidad que tienes de DAR, tu motivación quizá va orientada por ahí. Me comentaste en una ocasión que colaboras con Cáritas ¿verdad? Me encantaría saber qué actividades haces, cómo te sientes cuando ayudas a alguien, es una buena motivación ¿verdad?. Estoy segura que cambias la vida de muchas personas con las grandes cualidades que tienes...
Me encanta siempre hablar contigo, un fuerte abrazo, Elena.