sábado, 16 de marzo de 2013

GESTIÓN DE EMOCIONES




Cada día vivimos experiencias, convivimos con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Tomamos decisiones racionales,  y en su base están nuestras emociones. 

La palabra emoción, viene del latín emotĭo, que significa "movimiento o impulso", "aquello que te mueve hacia",  lleva implícito un movimiento, una acción que debe ser expresada, pero… ¿qué pasa si reprimimos nuestras emociones,  porque así lo hemos aprendido, porque no está bien visto, porque nos hace sentir vulnerables…?. Al no hacer consciente la afección psíquica  podría,  inconscientemente, transformarse en una afección orgánica, es lo que llamamos somatización.

Existen 4 emociones básicas o primarias reconocidas universalmente, iguales para todas las culturas, de las que se derivarían las demás, alegría, miedo, tristeza, ira o rabia. Todas son necesarias y adaptativas,  pues cada una tiene su función. Cuando sentimos una emoción podemos pararnos a escuchar sin juicios, ni valoraciones, simplemente pararse a escuchar y sentir…esto es parte de la autogestión emocional, conocerse, sentir, reposar la emoción…no ponerle resistencia y aprender a canalizarla

Diferimos en el tipo de estímulo que despierta una emoción, y esto muchas veces tiene que ver con nuestras vivencias y experiencias personales. En ocasiones la emoción puede ser tan intensa que puedo identificarme totalmente con ella y podría sentir que me “arrastra”, impidiéndome ver que esa emoción es pasajera.
Para realizar este ejercicio de gestión emocional, es importante comenzar en un entorno psicoterapéutico, de seguridad,  protección, confianza y confidencialidad,  dónde desarrollamos la autobservación y aprendemos a elaborar nuestras emociones. 

El aprendizaje en gestión emocional contribuye a nuestro conocimiento personal y éste a una vida más satisfactoria, plena y auténtica. 

Elena Cárdenas